13/8/10

UnA nOcHe CuAlQuIeRa


- Lilith que era la mujer de sus sueños, apareció ante la mirada atónita de él. Vestido de encajes rojos y de una tela color noche. En su mirada, estaba el amarillo del atardecer que difundía esa paz de aquel momento onírico. Él miro a la chica y percibió que no podría escapar, su cuerpo estaba atrapado en ataduras invisibles y sus ideas eran solo pensamientos nublados. - Que quieres de mi, para que me has llamado a tan temprana hora. - Pregunto la mujer en un tono nervioso, que tensó aun más la situación. - Mil disculpas, pero no creo haber llamado a nadie, además no entiendo nada, esto es ridículo. - Dijo él, que realmente era lo más ridículo de la escena. - No no no, no es ridículo, es mas bien extraño, entiendo que no comprendes tu situación actual, pero tampoco es necesario que la entiendas, digamos que las cosas solo tienen que ocurrir y ya. Mira, soy una personificación de tu sueño, en realidad no existo ni para ti, ni para nadie. Pero aquí estoy y he venido a buscarte, como prometí. -Él no entendía nada de lo que ocurría, se paro de la cama, dándose cuenta de que podía volver a moverse y se acerco a la mujer, está le acerco su delicada mano para que la tomase, al hacer contacto con ella sintió la calidez de su humanidad, él sabia que esto no era un sueño. - Bueno, creo que sabes muy bien quien soy. pero solo no quieres admitirlo. - En ese instante recordó todo lo necesario para sentir temor. Días atrás el estaba deseando morir, parado sobre una silla, mirando la cuerda que daría fin a su compleja vida. Llevaba media hora mirándola, y no lograba decidirse, hasta que esa misma mujer le hablo, le dijo desde dentro de su cabeza que aun no era la hora. -¿Entonces llego mi hora? - digamos que eso no lo puedo responder yo, es algo que tu deberías responderme ahora. Tus problemas son mas grandes que tus propias ganas de vivir, tu familia no te considera como cuando eras pequeño, tu ultima polola jugó con tu ya roto corazón y podría enumerar mil cosas mas, pero creo que la idea se entendió. El estaba de una pieza, no sabia que responder, la pena y la tristeza que pensaba superadas ahora florecían mas fuerte que nunca. Por arte del destino un pequeño cuchillo se posaba sobre la cama del individuo. Lo tomo con ansias y desesperación, el filo penetro su piel como si se tratara de mantequilla, de su cuello brotaba cálida sangre, y él se sentía mas aliviado con cada gota derramada. Lilith sonreía, la tarea de esta noche fue satisfactoria, la habitación se oscureció de golpe, mientras su rojo vestido ardía en llamas, la excitación que le producía el dolor de las quemaduras termina en un largo y espasmódico orgasmo.
Tres semanas después él es encontrado muerto, se llego a la conclusión de que era solo un suicidio.

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